28. Jornadas "Mujer Sorda y Sordociega"



Grabación de la intervención de Mabel Asensi en las jornadas sobre ‘Mujer Sorda y Sordociega’.

El vídeo empieza con Mabel recordando la primera charla que dio sobre la ‘Mujer Sordociega’ para la CNSE, en Madrid, en 1995. La misma conferencia que ha impartido para estas jornadas.
Mabel apunta que se ha creado la Comisión de la Mujer Sordociega en ASOCIDE Catalunya, que trabaja en colaboración con la comisión estatal, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las mujeres sordociegas a nivel nacional.

La primera mujer sordociega que abanderó la lucha por el reconocimiento de los derechos de las personas sordociegas fue Hellen Keller. Su historia pone de manifiesto que, con trabajo, se pueden alcanzar las metas que uno se proponga. Fue la primera persona sordociega famosa y luchó para demostrar que es posible la integración de las PSC.
Mabel continúa contando que ha habido cinco mujeres sordociegas de EE.UU. que han estudiado en la universidad, como por ejemplo Karen Bailey, que estudió y se graduó en psicología en Gallaudet, a pesar de los problemas que la propia universidad le puso para admitirla. Karen también fue presidenta de la Asociación de Sordociegos de Washington.

Luego, Mabel, hace una explicación sobre cómo son las mujeres sordociegas. No todas son iguales, es un colectivo muy heterogéneo. Desde aquellas con Síndrome de Usher, aquellas que nacieron oyentes y ciegas, y han ido perdiendo audición; las personas que, naciendo oyentes y sin problemas visuales, a lo largo de su vida han ido perdiendo visión y audición; y las personas sordociegas de nacimiento.

En España, la primera mujer sordociega de la que se tiene constancia de que estudió se llama Maruja, vive en Madrid, tiene unos 70 años y, a pesar de estar enferma, conserva muy bien sus facultades mentales. En su época no había ningún referente sobre la educación de personas sordociegas y fue una profesora la que, gracias a su labor, consiguió que Maruja accediera a los estudios, dominando sistemas de comunicación como el Braille y teniendo una buena competencia de la lengua.
Así, se pone de manifiesto que las mujeres sordociegas no tienen por qué tener problemas psicológicos o cognitivos que les impidan acceder a la educación, simplemente necesitan unos recursos que les posibiliten este acceso.

Mabel recuerda que hay que luchar por una buena formación, por garantizar la accesibilidad a la misma y, además, hacer una reflexión personal en el sentido de que aunque seamos personas con capacidad y autonomía, sí necesitamos ese recurso que nos facilite el acceso.

Hay un corte en el vídeo y luego se retoma con un momento posterior de la charla.

Aparece una mujer sorda, que agradece la presencia y la intervención de Mabel ya que, es la primera vez que ha podido contemplar de primera mano las vivencias de una mujer con Síndrome de Usher y se ha sentido muy emocionada. Dice que es más frecuente encontrar historias de mujeres sordas, que pueden leer y acceder a un trabajo pero, es la primera vez que ha comprendido la situación de una PSC. Y Mabel demuestra cómo se puede acceder a la formación, al mundo laboral, y ocupar en la sociedad el protagonismo que le corresponde.

Por último, agradece de nuevo a Mabel su intervención y expresa su deseo de que se organicen más charlas en las que mujeres sordas o sordociegas que son ejemplo de que la integración social o la igualdad entre hombres y mujeres compartan su experiencia.

Concluye animando a todas las mujeres a que pongan en práctica su capacidad de acceder a cualquier ámbito: deporte, cultura, política, etc. Incluso dar una conferencia como Mabel.

Mabel agradece las palabras y luego sube al escenario otra mujer sorda, Pepita, que también agradece la charla a Mabel y le hace entrega de un recuerdo, una figura que representa a la mujer, y de un diploma.

Se produce otro corte en el vídeo y se retoma con el inicio de la ronda de ruegos y preguntas en la que el público se puede dirigir a las ponentes y aquí se acaba.